Wednesday, December 28, 2005

...Aunque no la haga mi mama!



Durante tanto tiempo escuchamos aquélla canción que rezaba "La mejor hallaca la hace mi mamá", para saber desde el principio que la letra era falsa!! (La mejor hallaca era la de mi abuela, quien se llevó a la tumba -o debo decir, a las cenizas?- el secreto de una salsa que ella preparaba en el más absoluto y secular silencio -previo mandar a todo el mundo bien largo al carrizo, de modo que nadie supiese...- y que era parte del condimento (nunca supe si del guiso o de la masa) de sus hallacas, famosas por demás.



Nuestras hallacas siempre fueron particulares, cuando las comparaba con las demás. No cocinamos el guiso, sino que lo maceramos de un dia a otro en vino. Nunca le pusimos ciruelas pasas, ni almendras, ni huevo sancochado (yechhh!!) ni mucho menos garbanzos. Hemos visto cualquier variedad de las mismas (Hasta de Chivo!!) pero ciertamente no como las nuestras.


Hace ya 3 años que no las como, y a veces me hacen mucha, mucha falta. Los dos primeros años, por no estar mamá, y las dos últimas navidades, por no poder comerlas; gracias Diábetes -lo que no quita que haya cometido alguna infracción, pero igual...-



Este 24 no me privé de un placer navideño ya típico en casa: El pan de Jamón de mi padre, con un gusto muy particular también. Sabe a infancia, al calor del hogar, a familia. Sabe a recuerdos. Carajo... cómo sabe.